Cuando la cavidad oral está cubierta por las piezas dentales, comprender la dinámica de la lengua es un ejercicio de imaginación más que de observación. Actualmente no tenemos un aparato que nos defina con precisión lo que hace la lengua al deglutir. Existen pruebas de indirectas como el Payne pero distan mucho de una observación real. Creemos que hasta que dispongamos de pruebas reales similares a una ecografía, puede ser muy interesante estudiar la deglución a través de la palpación de la lengua: introducimos un dedo enguantado en la boca del niño mientras el niño traga y esto da una idea de cómo el niño mueve la lengua y con qué presión (ver fig. 10). Se le pide al paciente que cierre los labios y que realice una deglución manteniendo el dedo en la boca unos segundos: con esto podremos notar los movimientos que realiza la lengua al deglutir, así como el comportamiento de la musculatura oral y perilabial implicada.
Al ser una maniobra que puede distorsionar la deglución, también usamos un guante lleno de gelatina o de agua con el objetivo de ver de forma indirecta si existe un empuje anterior de la lengua que haría salir una parte del guante entre los dientes. Con este mismo objetivo usamos piruletas linguales (ver fig. 11) que indican si la lengua hace empujes anteriores.
La palpación de la deglución con guante debería ser una práctica rutinaria tanto para el diagnóstico, como para la rehabilitación y el seguimiento de las personas con deglución patológica.